¿Pareja? No, gracias.

¿Pareja? No, gracias.

 

Hay algunas personas (no sé si muchas o no) que es escuchar la palabra pareja, relación, compromiso y, es tal el agobio, que les puede dar un síncope (exagero un poco, lo sé).

     

Esto puede ser debido a malas experiencias o que en nuestra cultura, estas palabras están asociadas a cosas malas para nosotros.

 

A menudo asociamos estas palabras a obligaciones, frustraciones, confusión del “Yo” propio a un “Nosotros”, a la falta de plenitud…  y podría seguir con una larga lista pero lo dejaré aquí.

 

Normalmente, nuestra manera de relacionarnos es esta: Encuentras a alguien, te gusta, lo amas y te libras de él/ella (o se libran de ti). Hasta que no decidimos relacionarnos de otra manera, las relaciones románticas, son así. Fantástico, ¿no? Así como no vamos a coger manía a esto de tener pareja…

 

Puede ser tanta la aversión de estar en pareja, ya sea por malas experiencias o por no saber relacionarnos de una manera sana (que a menudo van unidas, no siempre, es verdad), que ya no te des ni la oportunidad de intentarlo. Por qué.. amar a alguien .. es pasarlo más mal que bien, ¿no?

 

Aunque la otra persona te guste mucho, incluso te hayas enamorado de ella, no la dejes ni entrar. Porque, cuando empieza a acercarse a territorio peligroso, nos sentimos inseguros, incluso esclavizamos (lo pre-sentimos), así que la apartamos de nosotros o, la relegamos a un lugar seguro, donde sabemos que la tendremos vigilada, controlada.

 

Porque el principal problema es este, ¿no? El control, el maravilloso control.

 

Y entonces.. ¿Cómo podemos acabar con esta aversión de estar en pareja? Cuando asumamos que estar en pareja no es perder el control.

 

Entonces.. la pregunta obligada sería.. ¿Qué es la única cosa que nos controla?

 

Una vez somos adultos (la mayoría lo somos ya, ¿no?), somos responsables de nuestras propias decisiones y de nuestros actos, esto es, somos responsables de nuestra propia vida. El único que controla nuestra voluntad y a nosotros mismos.. somos NOSOTROS MISMOS.

 

Sí, así es. O.. ¿Acaso nos controla esa persona que se nos acerca y a quien tanto gustamos y nos gusta? O ¿Acaso es nuestra pareja quien nos controla? No señores y señoras, no lo es.

 

Bajo este paradigma, tenemos miedo a emparejarnos, aunque la otra personas nos guste y mucho, por el miedo a perder el control de nuestra propia vida. O a seguir en pareja, porque sentimos que ya no la controlamos.

 

Entonces, lo mejor es librarnos de esa persona o no dejarla entrar, no vaya a ser que… que mi “Yo” se vaya a transformar en un “nosotros” o peor aún.. ¡en un “Tu”! y, vayamos a “dejamos de ser” nosotros mismos por estar en pareja. Ah, no no!!

 

Por favor, démonos cuenta de que esto no es así. Tal vez, si fuéramos conscientes de que somos nosotros, y nadie más, quien controla nuestra propia vida y que somos responsables nosotros mismos de cada decisión que tomamos, tal vez, nos relacionaríamos de una manera más sana, nuestras relaciones serían altamente nutritivas (durante el tiempo que durasen) y entonces sí, disfrutaríamos de estar en pareja, esto es: de un “Yo, contigo”.


Anaïs Ciprián

Colegiada núm. 20169

Terapia Breve e Integradora - www.psicologiabreve.es

 

Escribir comentario

Comentarios: 0